Cuando una persona toma la decisión de perder peso, ganar unos kilos de más o cambiar sus hábitos de alimentación por algún motivo, lo mejor es acudir a un nutricionista. Pero elegirlo no es fácil. Muchas veces personas que se hacen llamar así, a través de dietas milagrosas, suplementos o métodos un tanto cuestionables, prometen conseguir esos objetivos de una manera rápida y sencilla. El resultado, en cambio, no es el esperado y provoca frustración y abandono. Con el fin de evitar una mala experiencia, te decimos cómo elegir un buen nutricionista.

¿Cómo elegir un buen nutricionista?

Busca profesionales con formación académica

Un nutricionista no es una persona que se ha dedicado a leer libros y artículos de nutrición. Para serlo es necesario que tenga una formación completa, como un grado o un máster relacionado con el tema. Una persona que no haya estudiado ni esté formada en el mundo de la nutrición puede provocar un desajuste en el organismo con consecuencias graves sobre la salud.

Y si además de formación tiene una experiencia demostrable, mucho mejor. Conocer las opiniones de otras personas podría ayudar a corroborar que se trata de un buen profesional.

Las dietas milagro no existen

Hay que desconfiar totalmente de los que venden dietas milagrosas y prometen, por ejemplo, perder más de un kilo a la semana. Cuando un nutricionista es bueno, antes de escoger una dieta, quiere conocer los hábitos, la situación y la salud de la persona aunque eso le lleve tiempo. No a todo el mundo le funcionan las mismas dietas, porque aquí entra en juego si hay o no medicación, alergias, enfermedades familiares, etc. También es importante conocer los gustos de la persona, si le gusta o no cocinar, si vive sola o no… Una dieta, además de saludable, también tiene que adaptarse al estilo de vida y a los gustos de la persona, si no fácilmente podría abandonarse.

Dieta personalizada y seguimiento

Escoger a un nutricionista profesional

El buen nutricionista diseñará una dieta personalizada después de analizar y valorar los hábitos, la situación personal, los gustos, las metas y las posibilidades de la persona. Es muy importante que el nutricionista diseñe una dieta asumible y con unas metas realistas, porque la gran mayoría de personas que abandonan lo hacen porque no ven los progresos esperados y se frustran.

Además, pedirá hacer un seguimiento continuado para poder ver si hay o no progresos. En este punto no se valorará únicamente la pérdida o ganancia de peso, también serán importantes otros aspectos como si ha habido o no algún problema o algún cambio significativo dentro de los hábitos.

Sin suplementos o productos dietéticos

A menos que por alguna razón sea estrictamente necesario, un nutricionista no debería intentar vender suplementos o productos dietéticos para alcanzar el objetivo deseado. Lo más normal es que intente que su dieta sea sana y equilibrada solo con la comida y que con ella ya pueda alcanzarse esa meta. En algunos casos muy concretos sí podrían ser necesarios, pero no es algo que tenga que aparecer en la dieta de buenas a primeras.

Lo primero es la salud

Que se alcancen los objetivos no es lo más importante, la salud va siempre primero. Lo más normal es que el nutricionista pregunte por la sensación general del cuerpo, el estado mental y otros detalles relacionados. El objetivo siempre es perder o ganar peso para mejorar en salud, por lo que si esta última falla es que algo no se está haciendo bien. Así que no es extraño que un profesional pregunte, lo extraño es que no lo haga y se centre únicamente en el peso.

Estos son los consejos que damos para elegir un buen nutricionista y es la filosofía que nosotros seguimos. Creemos que un paciente tiene que aprender a comer sano para tener una buena salud, algo que para nosotros va primero.